Dear friends,
Quiero compartir algo extraordinario que hemos descubierto a través de miles de conversaciones con gente como tú. Tras analizar cientos de preguntas sobre los mensajes finales, encontramos algo profundo: los humanos no solo tenemos miedo de morir, sino que nos aterroriza que nos recuerden de forma incorrecta.
La pregunta más común que recibimos no es «¿Cómo funciona la tecnología?» o «¿Qué pasa con mi ¿datos?» Es «¿Qué debo decir realmente?» Esta pregunta revela nuestro temor más profundo: que nuestra final las palabras pueden malinterpretarse, ser inadecuadas o, de alguna manera, no captar la plenitud de nuestro amor.
Las personas a menudo luchan no con la muerte, sino con la presión de hacer que su mensaje final sea perfecto. Se angustian por cada palabra, preocupados de que olviden algo crucial o no puedan expresar su emociones correctamente. Pero esto es lo que he aprendido al ver a miles de personas navegar por esto proceso: el mensaje perfecto no existe, y precisamente por eso los mensajes auténticos son tan poderosos.
Tu mensaje final no tiene por qué ser una obra maestra literaria. No necesita resolver todos problema familiar o abordar todas las complejidades de una relación. Simplemente tiene que ser fiel a lo que eres y lo que sientes. Las personas que amas no necesitan la perfección de tu parte, necesitan conexión.
También hemos aprendido algo hermoso sobre la elección de los destinatarios. Al principio, la mayoría de las personas solo piensan de la familia inmediata, pero luego se dan cuenta de la familia que eligieron: amigos que se convirtieron en hermanos, mentores que se convirtieron en figuras paternas, colegas que se convirtieron en salvavidas, merecen saber lo mucho que importaban.
El viaje emocional que implica crear los mensajes finales sigue un camino predecible: primero la resistencia, luego se sienten abrumados, seguidos de negociaciones para obtener opciones más sencillas, algunos temen por la tecnología y por último, para aquellos que siguen adelante, hay una aceptación profunda e incluso paz en todo el proceso.
Lo que más me conmueve es ver a la gente darse cuenta de que escribir sus mensajes finales realmente mejora sus relaciones actuales. El acto de pensar profundamente en lo que quieren decirle a cada persona a menudo los motiva a decir algunas de esas cosas ahora mismo, mientras todavía están aquí.
Tu mensaje final no es una actuación ni una prueba. Es un regalo: imperfecto, humano e irremplazable porque viene de ti. Confía en tu corazón, escribe tu verdad y sabe que las personas que aman atesorarás todo lo que decidas dejar atrás.
JP, Luca, CJ, de 8 años y Summer