Dear friends,
Una carta personal sobre la planificación digital de la muerte
Tengo que contarte algo que me viene a la cabeza últimamente, y espero que sigas conmigo porque es importante. ¿Conoces ese anime Death Note? ¿El de la Luz y lo sobrenatural ¿cuaderno? Bueno, hace poco me di cuenta de que un manga de 2003 entendía algo sobre lo digital Un plan de muerte que Silicon Valley aún no ha descubierto.
Sé que suena raro, pero escúchame.
Esto es lo que me llamó la atención de Death Note: cuando Light escribió el nombre de alguien en ese cuaderno, fue hecho. Sin ctrl+z, sin «vaya, no era mi intención», sin servicio de atención al cliente al que llamar. Esa permanencia obligó todos —personajes y espectadores— a pensar realmente en el peso de sus acciones.
Ahora compárelo con la forma en que las empresas de tecnología gestionan su legado digital en la actualidad. Google dice: «Ey, tu las fotos se eliminarán después de dos años de inactividad. ¿Quieres descargarlas?» Lo han hecho literalmente convirtieron la planificación digital de su muerte en una tarea de administración de archivos.
Así no funciona la muerte, amigo. La muerte no tiene que ver con las cuotas de almacenamiento.
Death Note tenía 13 reglas específicas. No son sugerencias ni promesas de «haremos todo lo posible». Reglas. Regla #1 fue muy clara: «El humano cuyo nombre esté escrito en esta nota morirá». Sin letra pequeña, no excepciones.
Ahora analicemos los servicios de testamento digital típicos: «Intentaremos entregar sus mensajes, con sujeción a las limitaciones técnicas, los requisitos legales y si seguimos en el negocio». Eso no es bueno suficiente para algo tan importante como tu mensaje final, ¿verdad?
Hay algo hermoso sobre Death Note que creo que se pasa por alto: Light no solo escribió nombres. Escribió escenarios completos: cómo moriría la gente, qué harían primero, sus momentos finales. La Death Note no consistía solo en acabar con la vida, sino también en crear una narrativa.
Tu muerte digital debería ser de la misma manera. No solo «aquí están mis contraseñas» (por favor, no las pongas las de los mensajes finales, por cierto), sino tu historia real. Tu verdad. Tu último ser humano de verdad conexión. Las empresas de tecnología olvidaron que los mensajes póstumos tienen que ver con el amor, no con la logística.